viernes, 8 de abril de 2011

Japón: una lección asombrosa

Ayer después de enterarme de un nuevo terremoto ocurrido en el ya azotado Japón, recibí un mail que aquí les comparto porque expresa todo lo que pienso y siento acerca de lo que ellos están viviendo y de cómo están tomando las cosas. Recuerdo que cuando veía las imágenes del terremoto del 11 de marzo, yo comentaba que era admirable cómo NADIE se llevaba nada de las tiendas, que no habían los famosos saqueos que suelen haber, lamentablemente, en mi país, lo digo con vergüenza pero después del terremoto que sufrimos hace 3 años, la gente de la zona más afectada, que lo habían perdido todo y tenían que estar en carpas, no podían dormir porque en medio de la noche y aprovechando la oscuridad los “amigos de lo ajeno” hacían de las suyas, es decir que no les interesaba el dolor de quienes se quedaron sin casa, sin nada, sólo pensaban en sí mismos y de la peor manera. Pero el pueblo japonés nos está dando una de las mejores lecciones, y ojalá TODOS podamos empezar a cambiar nuestra manera de pensar y de ver la vida, tan egoísta y superficial.



Creo que ningún país ha sido tan golpeado, por decirlo de alguna manera, con 2 bombas atómicas y a pesar de eso supo sobreponerse a base de esfuerzo, de trabajo conjunto para ellos el lugar donde trabajan lo sienten como suyo, y no andan que tratar de sacar la vuelta flojeando o aprovechándose, no podría explicar el orgullo y la admiración que siento. Me duele mucho ver todo lo que les ha pasado y aún les siguen sucediendo cosas, tienen latente el peligro del reactor atómico, la tierra no ha dejado de temblar y ayer ya fue otro terremoto que por suerte no le sobrevino un tsunami, en algún momento se me vino a la cabeza la idea loca de que Japón como país podría desaparecer y me dolía el alma porque es un país hermoso en toda la extensión de la palabra, y sí, a lo mejor ahora estoy siento demasiado “japonesa” yo siempre he mantenido el amor y la admiración un tanto reprimido pero este es mi espacio donde puedo desahogarme y sacar todo lo que hay en mi corazón, me siento orgullosa de tener raíces japonesas y quisiera que mi querido Perú pudiera tomar a Japón y su ideología como ejemplo.

Sigamos orando por Japón, por favor!!

Les dejo algunas fotos de la Prefectura de Miyagi, una de las más hermosas del país que fue castigada por el terremoto del 11 de marzo y el de ayer.






En medio del caos y el “Apocalipsis” que pareciera estamos viviendo, el último mega desastre ocurrido el pasado 11 de marzo en Japón, parece haber sido predestinado justo para ese lugar: un país con un enorme sentido de hermandad y fortaleza para superar aún los obstáculos y tragedias más inimaginables.

Prueba de ello, es la actitud del pueblo japonés ante estas experiencias. Sus reacciones aún en medio del dolor y la tragedia, por tantas pérdidas humanas y materiales, son realmente un gran ejemplo para el mundo entero. Los comentarios tanto de los japoneses como de extranjeros viviendo actualmente en el país, lo confirman:

  • “Después del terremoto, estaba cansado, esperando un tren que nunca llegaba. Sentado en el andén, un “homeless” (indigente vagabundo) me ofreció su caja de cartón, porque hacía mucho frío. Yo solía ver a ese tipo de personas con ojos de desprecio… pero ese gesto me entibió el corazón”.
  • “En los supermercados donde están tiradas las mercancías en el suelo, los japoneses las recogen con cuidado, las acomodan en los anaqueles y luego se forman en la cola, para pagar en la caja… Y en las líneas de tren que comenzaron a funcionar, en un vagón llenísimo, se vio que un viejito quería dar su asiento a una joven mujer embarazada...”
  • “Aquí nadie piensa en robar, ni abusar, al contrario se ayudan, se muestran muy disciplinados y caballerosos. Se piensa que los japoneses eran muy fríos, pero en estas ocasiones están demostrando su unión. Eso conmueve y hace llorar…”
  • “También es muy emotivo, ver que los artistas plásticos, para animar a la gente, están pintando e ilustrando bellas imágenes. Pareciera que todo el mundo piensa qué puede hacer por los demás…”
  • “Hoy finalmente se pudo hacer compras en algún súper. En otros países tienen que cerrar las tiendas y súper mercados, temiendo la rapiña. Aquí los compradores llevan sólo lo más necesario!! para que alcanzara para todos!.
  • “Ayer en Gotemba no funcionaba ni un semáforo, pero el tráfico fluía, porque los conductores cedían el paso, y los ancianos del lugar ayudaban con los señalamientos. En las carretreras, no hay confusión ni desorden, todos se comportan muy corteses. No están solos. Se apoyan mutuamente!!!!.

¡Lo que queda al final es el AMOR!...”

· “Japón es SUGOI (asombroso!!! El gobierno…, el sector privado…, todos ayudan a todos. Los conductores de camiones de carga se ofrecen como voluntarios para transportar las cosas necesarias para los damnificados, y hasta los YAKUZAS (mafiosos) están ayudando con el tránsito en las calles de Tohoku. Hasta hace poco, muchas cosas no me hacían sentir orgulloso de ser japonés… ¡qué equivocado estaba! Mi pueblo es simplemente conmovedor. ¡Todos los japoneses vamos a salir de esto con ánimo! NIHONN WA SUGOI! - ¡Japón es asombroso!”

Ciertamente que esas tragedias sirven para golpear y abrir conciencias. En México eso fue muy palpable tras el terrible terremoto de 1985 en el Distrito Federal, que se llevó igualmente miles de vidas humanas. Espontáneamente, se formaron brigadas de ayuda para dar albergue y comida a los damnificados, o para rescatar los restos humanos de entre los escombros.

Lo admirable en el caso de Japón es constatar cómo estos seres -que de pronto pudieran parecer a nuestro “modo occidental” de ver las cosas, como muy fríos y carentes de emociones-, en este caso han volcado hacia el exterior, su generosidad y su concepto del respeto por el bien de los demás.

A diferencia de nuestras culturas, en donde ante una tragedia similar, en ocasiones pareciera imperar más bien el lema de “sálvese quien pueda”, ellos van al súper y adquieren apenas lo estrictamente necesario ¡porque alguien más necesita también de esos víveres! ¡Eso se llama “civilidad”… y, más aún, Amor al Prójimo!

Mi abuelo solía decir: “hay que sufrir para merecer”. En el caso de Japón, el indecible dolor y padecimiento que sufrieron a causa de las bombas de Hiroshima y Nagasaki, quizás les haya hecho más fuertes, volviéndose aún más, hacia su interior.

Un verdadero milagro por todo lo que ha superado y sobrevivido gracias a su naturaleza profundamente sabia y espiritual, el Japón es un pueblo con un sentido enorme, sagrado, acerca del trabajo, el honor y el respeto… del trabajar unidos, porque el bien de uno es el bien de todos.

Japón se convierte en este momento en un espejo donde todos podemos reflejarnos. Están pasando por un momento sumamente difícil como país y sociedad: ¡pero ESTAN UNIDOS y saben apreciar el interés de todos como el suyo propio!

Es una sociedad que vive y practica el sentido de la unidad, el orden, la disciplina y la cooperación hacia un bien común. Parecen haber practicado desde hace mucho tiempo el lema TODOS SOMOS UNO… Lección que bien podemos comenzar a practicar en muchos otros países del mundo…

¡Gracias, Japón, por tu asombrosa lección!